Ubicada en Xangri-lá, en la costa de Rio Grande do Sul, Casa Alba fue diseñada para ser una casa de playa cómoda y práctica, con ambientes sociales integrados para mantener unida a la familia durante el tiempo libre.
El terreno plano favoreció la ubicación de la casa y el pleno aprovechamiento de los espacios.
En la planta baja se distribuyó el área social de forma lineal, dejando la sala un poco más íntima, y el área gourmet totalmente integrada con el patio de la piscina, uniendo áreas internas y externas para una amplia sala de estar y el patio se convierte en un extensión de la casa cuando se abren las puertas de cristal. Además, la planta baja alberga zonas de servicio y dos suites para que las personas mayores puedan disfrutar de la casa con el mismo confort que los más jóvenes que utilizan las suites de la 2ª planta, sin necesidad de subir escaleras.
La casa fue diseñada para permitir varios usos al mismo tiempo en diferentes ambientes, pero aún así permitir que familiares y amigos permanezcan juntos. Alguien prepara el almuerzo, mientras los niños están en la piscina y los mayores miran la televisión, y sin embargo están prácticamente en el mismo espacio; una verdadera casa de playa.
Apostamos por los colores claros, el uso de materiales naturales que aporten la calidez necesaria, como la piedra miracema en estado bruto y las lamas de madera ecológica, el realce de la vegetación y los amplios aleros con jardineras que resaltan la relación amistosa entre la casa y el patio e iluminación natural.
Diseñado para aprovechar la incidencia solar, cuenta con aperturas estratégicamente dispuestas para captar la iluminación solar durante todo el año y el calor en invierno. En verano, el sol queda bloqueado por los aleros.
La casa hace uso de tecnologías como paneles solares, un sistema de calefacción por suelo radiante, una caldera de agua caliente, una toma de corriente para coche eléctrico y aires acondicionados. Todo está conectado al sistema de automatización, que también controla las ventanas, las cortinas, la iluminación y el sonido.
La casa recibió el nombre ALBA del latín “albus” que significa “la primera luz del día” porque su frente mira al mar, hacia el este, presenciando el amanecer, ese momento especial en el que el sol comienza a brillar, saliendo y todo. vuelve a la vida.