El edificio, situado en una esquina con una vista singular de la Ciudad de Colima, México, ha sido diseñado con un enfoque comercial que combina varias áreas independientes para formar un conjunto unificado. La pieza central de este diseño es una unidad oftalmológica de características únicas, con un requisito principal: ser inclusiva y accesible para todas las personas.
En su diseño exterior, se han utilizado materiales que permiten la creación de elementos ligeros con formas audaces pero equilibradas. Estos materiales definen y enmarcan una serie de remates visuales que convierten esta construcción en un ícono de su entorno. La fachada principal, de gran longitud, está coronada por un alerón ligero que, aunque imponente visualmente, mantiene la solidez necesaria. Está revestido de panel compuesto de aluminio blanco, lo que permite jugar con una geometría paramétrica que gradualmente convierte el plano horizontal en ortogonal, guiando la mirada sutilmente de un extremo al otro.
Para añadir textura a la superficie lisa de aluminio, se ha integrado un entramado triangular perfectamente geometrizado con un patrón dinámico en cuanto a su tamaño, desde los extremos hacia el centro. Este entramado triangular crea efectos de profundidad con la luz solar y sombras, generando una textura agradable tanto de día como de noche cuando se ilumina desde el interior, lo que añade dinamismo al diseño.
Un faldón recto y de alto contraste en su color enmarca la parte cubierta de la fachada de cristal, que conecta con todos los diferentes espacios comerciales en el perímetro. Además, se ha insertado un espacio abierto circular que funciona como vestíbulo, beneficiando el funcionamiento general del edificio al aumentar los metros lineales de fachada interna y proporcionando un espacio de espera al aire libre con vistas agradable al área ajardinada, protegen del soleamiento de la tarde.
A pesar de tener fachadas de cristal claro, la unidad oftalmológica está perfectamente aislada tanto visual como acústicamente del exterior, garantizando instalaciones confortables para los pacientes. Sus interiores presentan una gama de colores neutros y equilibrados que reflejan profesionalismo y seriedad, con acentos de color para enfatizar ciertos detalles y espacios. La luz natural se integra de manera sutil pero constante, creando ambientes acogedores sin afectar la comodidad visual de los pacientes.
La sala de espera, con mobiliario a medida, funciona como un elemento arquitectónico que divide las áreas de estudio y espera, permitiendo vislumbrar el trabajo que se realiza sin comprometer la privacidad del paciente. En la recepción, se ha integrado una segunda sala de espera, todo enmarcado en un perímetro circular con detalles simbólicos sutiles que indican el propósito del espacio. La continuidad en el plafón elimina las fronteras visuales, ampliando la percepción de los espacios interiores.